sábado, 4 de diciembre de 2010

FILA 2 ASIENTO 8 EN L'INFORMADOR 4-12-2010


Se apagan las luces y tras unos instantes de silencio y oscuridad empiezan las primeras imágenes en movimiento. No, todavía no ha empezado la película, ni siquiera los tráilers, son los anuncios previos, porque ahora no nos salvamos de ver una película sin anuncios ni en el cine; eso sí, al menos los ponen solamente al principio.
La voz de Woody Allen y una marca de telefonía conocida nos recuerdan que silenciemos los teléfonos móviles. ¿A qué punto hemos llegado que nos tienen que recordar que en el cine hay que permanecer en silencio?
Casi medio paquete de palomitas menos empiezan los tráilers, motivo de rabieta para muchos si cuando entran en la sala ya están adelantando futuros éxitos o fracasos cinematográficos. Y finalmente y tras un apagón total comienza una melodía, aparece un paisaje conocido, varios personajes dialogan… nos recostamos en las confortables butacas y nos dejamos llevar escena tras escena hasta que los títulos de crédito ponen fin a nuestras carcajadas, nos secan las lágrimas, nos hacen olvidar el miedo o nos devuelven a la realidad, donde nuestro príncipe azul no tiene la sonrisa de Brad Pitt.
Unas veces más satisfechos y otras menos, salimos de la sala, pero siempre lo hacemos hablando de la película, hablando de cine.

1 comentario:

  1. ¡A mi me encantan los trailers! Me enfada llegar y que ya hayan empezado. (Son a veces incluso lo mejor de algunas peliculas jajaja). Aunque suene tonto, cuando voy a ver una película que realmente he estado esperando y tengo muchas ganas de ver, lo más parecido que se me ocurre a la sensación cuando veo los trailers en el cine, ya con mis palomitas y coca-cola en mano, son los nervios del momento en qué envuelves corriendo un regalo en casa mientras sabes que el que lo va a recibir está llegando a la misma, tienes que darte prisa y te tiemblan hasta las manos jaja. ¡Me encanta!

    ¡Mucha suerte en esta andadura!

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