domingo, 20 de mayo de 2012

COLUMNA DE CINE EN L'INFORMADOR 20-05-2012



Muchas veces nos decidimos a ver una película por la repercusión que ha conseguido a través de los galardones obtenidos. Prueba de ello sería ‘No habrá paz para los malvados’, que tras conseguir seis premios Goya en la pasada edición era prácticamente imposible de conseguir en el video club o ‘Pa negre’ una cinta que a penas estuvo en cartelera y que tras su éxito en lo premios del cine nacional suscitó la curiosidad de muchos espectadores.
Pues bien, también está el caso opuesto, es decir, que una película sea buena, y con esto no quiero desmerecer a los dos títulos anteriores, y que pase desapercibida por no haber aparecido lo suficiente en los medios de comunicación o por no haber sido el centro de muchos comentarios.
Concretamente me refiero a la última película dirigida por Álex de la Iglesia, ‘La chispa de la vida’ y protagonizada por José Mota y Salma Hayek, con los que la película logró sus únicas dos nominaciones a los Goya como Mejor Actor Revelación y Mejor Actriz, respectivamente, a pesar de que al final se fuera de vacío.
Sinceramente lo que más llamaba mi atención de esta película era ver a Mota en un registro diferente y tras verla me he llevado una sorpresa muy grata no solo por su interpretación y la de Hayek, increíbles los dos, sino por la originalidad del guión y la forma de narrar la acción que en el 90% de la película se desarrolla en una misma localización.
A pesar de que en los Goya no se llevará ningún galardón, hecho que después de haberla visto me sabe muy mal, en mi ranking personal de películas nominadas a los Goya de este año está muy por encima de la ganadora de la edición, ‘No habrá paz para los malvados’. Ahora, juzgar vosotros mismos.


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