miércoles, 13 de junio de 2012

COLUMNA DE CINE EN L'INFORMADOR 9 DE JUNIO

 A lo largo de la historia del cine son muchas las películas que han querido mostrar los entresijos de la industria, lo que es conocido popularmente como “el cine dentro del cine”. En estos casos suele ser habitual que se le muestre al espectador cómo es un rodaje por dentro, algo a lo que normalmente no tenemos acceso y que hemos podido conocer gracias a películas como ‘El crepúsculo de los dioses’, de Billy Wilder, ‘Cantando bajo la lluvia’, de Stanley Donen y Gene Kelly o ‘La noche americana’ de François Truffaut. Estos solo son algunos ejemplos de la infinidad de títulos que han tratado el tema, ya que ‘el cine dentro del cine’ no solamente ha sido un recurso recurrente en los clásicos. De hecho la película en blanco y negro y muda que arrasó en la última edición de los premios Oscar, ‘The Artist’, de Michel Hazanavicius, narra la historia de George Valentin, una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe y quien ve peligrar su carrera con la llegada del cine sonoro.
Pero los rodajes y las carreras de los actores no son las únicas excusas para introducir referencias cinematográficas en las películas. De hecho hace poco vi ‘Primos’ de Daniel Sánchez Arévalo y además de fascinarme la interpretación de Raúl Arévalo y reírme durante un buen rato me llamó especialmente la atención los guiños que Arévalo hace al séptimo arte a través del personaje de Bachi (Antonio de la Torre), propietario de un antiguo videoclub para el que cualquier comentario se presta a relacionarlo con una película, indicando su año de estreno, director y actores protagonistas.
Sayonara baby…!

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