lunes, 24 de octubre de 2011

COLUMNA DE CINE EN L'INFORMADOR 03-09-2011


Los viernes y los domingos son los días de peli por excelencia pero la posibilidad de descargar los últimos estrenos desde nuestro ordenador sin salir de casa está acabando con la ‘tradición’ de alquilar películas en el videoclub.
¿Preferimos conformarnos con una calidad de imagen pobre y un sonido la mayoría de las veces con retardo y deficiente a pagar dos euros y medio? Parece ser que sí y los datos lo confirman. El otro día leí que en el año 2004 había 7.000 negocios de alquiler de películas en España y actualmente solo quedan 1.500.
A pesar de que ganamos en comodidad, a cambio de perder calidad, estamos contribuyendo a que desaparezca ‘la magia’ de pasar un rato en un videoclub. Vayamos solos, con amigos o con nuestra pareja sabemos cuando entramos en el video club pero no cuando salimos. Pocas son las veces que vamos con una idea clara y si es así la película siempre está alquilada. Pero si no sabemos qué nos apetece ver empezamos a dar vueltas por el local esperando que alguna carátula nos llame la atención. Por que no nos engañemos lo primero que nos entra por los ojos es el diseño de las carátulas, más que nada por que los reconocimientos que haya tenido esa película y los nombres de los actores y director casi siempre están en letra minúscula. Algunas veces acertamos con nuestra elección y otras nos arrepentimos de no haber cogido nuestra segunda opción pero al final siempre acabamos volviendo al videoclub, a veces con algunos días de retraso.


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