domingo, 3 de abril de 2011

FILA 2 ASIENTO 8 EN L'INFORMADOR 26-03-2011

Además de sus ojos violetas, sus siete maridos y ocho matrimonios (repitió con Richard Burton) Elizabeth Taylor fue una muy buena actriz que obtuvo el reconocimiento de la Academia en dos ocasiones al alzarse con el Oscar por su interpretación en Una mujer marcada y ¿Quién teme a Virginia Woolf?.
Tras sus siete décadas de carrera y sus más de cincuenta películas muchos se quedarán con su belleza de ojos penetrantes que siempre escondieron su fragilidad y sus problemas de salud hasta el pasado miércoles, cuando fallecía en Los Ángeles por insuficiencia cardíaca. Pero a los verdaderos cinéfilos siempre nos quedará su recuerdo en forma de fotograma: Mujercitas, Cleopatra, La gata sobre el tejado de Cinc o Gigante son solo una pequeña muestra de sus trabajos en la gran pantalla.
Taylor nació en 1932 en Hampstead (Londres) y se trasladó a California a los 7 años y su vocación de actriz fue inculcada por su madre, que había sido actriz teatral. Dio sus primeros pasos en el cine con 10 años, en el filme "There's One Born Every Minute" (1942), que fue seguido por "La cadena invisible" (1943) y dos películas más antes de saltar al estrellato con "Fuego de juventud" (1944).
A partir de los 70 comenzó su declive, causado por sus serios problemas de salud: dolencias en la espalda, cuello, piernas, diversas fracturas, dos sustituciones de cadera, un tumor cerebral benigno o un tratamiento contra el cáncer de piel fueron algunos de sus achaques además de someterse a una cura de desintoxicación de alcohol y pastillas. En los últimos años aparecía siempre en su silla de ruedas aunque nunca renunció a dirigir campañas contra el sida desde el fallecimiento de su amigo Rock Hudson.
En alguna ocasión declaró: “la cuestión no es tener, sino obtener” y obtener ha obtenido.

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